Martes en la noche: Matías se arma de valor y va a tomar un café -a un lugar que no sea
Starbucks porque ya me cansé de divertirlos, cada vez que me van a dejar, estoy en el mismo lugar, y no pagan regalías- con una mujer que según le han dicho, es la de sus sueños.
Ahí nace mi primera duda: ¿Cómo pueden saber los demás cómo es la mujer de mis sueños? Pero bueno, cedo y voy, total, no tengo nada -más- que perder. Empezamos la plática con lo de siempre: ¿qué te gusta hacer? ¿viajar? a mí también, sí claro, ese lugar es bueno. Y de pronto, llegamos a una parte crítica:
Ella: Mira, deja te aclaro algo de una vez, para mí quien dice que perdona es un hipócrita, y no soporto a los hipócritas. Y además, no olvidamos, nunca olvidamos. Pero eso no es todo, el arrepentimiento es un sentimiento de cobardes que ni siquiera se atreven a aceptar sus propios deseos. Esto para que lo sepas, no sea que más adelante tenga que recordartelo, es que soy muy liberal.
Yo: Yo sólo tengo una duda, ¿Cómo es que una dona que está hecha de harina, azúcar moreno, azúcar glas, chocolate y otras cosas puede ser
light?
O sea, planea engañarme, ¿cierto?