Matías: (sustantivo, masculino) Caprichoso, extravagante, rocambolesco. Que es casi irreal y destaca por sus cualidades extraordinarias.

domingo, enero 14, 2007

Se remata

Se remata, la semana pasada leí un letrero en una casa que decía justamente eso. ¿Qué puede suceder a una familia para que de pronto decida colgar un impersonal letrero en la puerta de su casa que diga eso? No se vende, se remata. Me imaginaba y pensaba en los imprevistos que la vida nos presenta y nos cambia por completo el plan de vida que teníamos, si es que acaso existía. Pienso en mi caso en partícular, y es curioso que sólo hable de esto cuando Diego me invita a su blog. Pienso en como le cambió la vida a mis padres cuando perdieron, a causa del mismo accidente, a dos de sus hijos que además para hacerlo más dramático, eran el mayor y el menor. ¿Cómo se sobrepone uno a la pérdida de sus hijos? No lo sé, porque no tengo hijos, pero tuve hermanos y tengo unos padres que sufrieron años para superar ese hecho.Para mí también fue difícil, eran mis compañeros de juegos, de travesuras. Fueron mis cómplices, mis consejeros y mis mejores amígos. No todos pueden hablar así de sus hermanos, yo sí. ¿Los extraño todavía? Sí, cada día. Todos los días por la mañana, y esto no es pose, después de despertar y veo esa foto en la que estamos los tres abrazados, pienso en ellos y en mí, y me esfuerzo porque se sientan orgullosos de mí. Y sin embargo, pese a todo el dolor que sentimos y que podría acabar con la esperanza de vida de mis padres, salimos adelante. No rematamos nada, ni a nosotros mismos, porque siempre es una salida.Creo, y ustedes no me dejarán mentir, que siempre hay algo más que nos de la motivación para seguir viviendo, y no sólo eso, esforzarnos al máximo por lograr los objetivos que hemos ido trazando. Estos pueden variar según el caso de cada quien, pero siempre hay que plantearlos, a corto y largo plazo. Yo hablando de objetivos, cuando tardé dos años en poder establecer alguno, pero es que fue esa falta de objetivos, de rumbo y de destino lo que me hizo aprender que es la manera de actuar. Hoy, finalmente tengo a donde ir, mi vida sigue siendo la misma, el que ha cambiado soy yo. Mi actitud hacia la vida es diferente, no es de reclamo, es de agradecimiento. Agradezco la oportunidad de estar vivo, si yo no morí en ese accidente, por fortuna o lo que sea, debo aprovechar la oportunidad y hacer algo, por mí, por mis padres, por mis hermanos y por todos. Creo firmemente como Diego y muchos más, que sí se puede cambiar el mundo, aunque sea por pedazos pequeños que cambie cada quien. Creo en la alegría, en la risa. En la risa que se contagia. Creo en reirme de mí mismo, incluso creo en reirme para no llorar, no porque sea malo, sino porque es más fácil de contagiar. Por eso me río tanto, porque estoy vivo. Yo no me remato y tampoco remato mi vida (si acaso, la rento).

//Este post fue escrito hacer mucho tiempo en www.diegonline.com/blog y crei oportuno publicarlo ahora en este espacio.

3 Comentarios:

Blogger marcemars dijo...

el remate nunca es bueno... y debería no ser una opción nunca.

saludos

11:47 p.m.

 
Blogger manijeh dijo...

Recuerdo haber leído este texto. No recuerdo que comenté. Te admiro por tu fuerza. Yo creo que ningún padre supera jamás la muerte de un hijo, pero aprende a seguir adelante sin que esto lo derrumbe.

7:47 a.m.

 
Blogger carlitos dijo...

Creo que es algo para aprender.

Saludos Matías

11:44 a.m.

 

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal