Matías: (sustantivo, masculino) Caprichoso, extravagante, rocambolesco. Que es casi irreal y destaca por sus cualidades extraordinarias.

lunes, octubre 31, 2005

Yo


Pues sí, más o menos así fui: pequeño, y de pelo morado/rojo. La mala influencia de alguien cercano.

domingo, octubre 30, 2005

Entre líneas

Ella: Matías, mira, este... mmmm, tenemos que hablar. (en realidad, quiere decir: Matías, llevo un montón de días dándole vueltas a la cabeza y por fin me he armado de valor y te lo tengo que decir.)
Yo: Bueno, ¿y qué es lo que me tienes que decir? (en realidad, quise decir: esto ya valió madres)
Ella: Lo mejor es que lo dejemos por un tiempo. (en realidad, quiere decir: mira, me has dejado de interesar, he encontrado a alguien mucho más interesante, pero me da algo, decírtelo a la cara porque soy una cobarde y te voy a hacer perder el tiempo un par de meses haciéndote creer que hay posibilidad de que lo nuestro funcione)
Yo: Está bien, si es lo que tu quieres (en realidad, quise decir: Entonces, ¿te tengo que llevar a tu casa o ya no?)
Ella: Es hora de irnos (en realidad, quiere decir: Paga la cuenta y llévame a mi casa)
Yo: De acuerdo (en realidad, quise decir: ¿Me estás dejando, tengo que pagar, llevarte a tu casa y pretender estar como si nada?)

jueves, octubre 27, 2005

¿Cómo mides tu vida?

Starbucks, jueves por la tarde, o por la noche como se vea. Mesa grande, pocas personas, frente a mí lo habitual: cigarros, caramel machiatto enorme, y una galleta, aún dentro de su envoltura. Llega una amiga, de nombre Marissa, toma -sin mi permiso- mi galleta, la ve, la analiza y hace unos gestos de desaprobación, como consecuencia yo temo que vaya a comer algo envenenado o que ya caducó mi galleta. La suelta, como si fuera alérgica, y se presenta el siguiente diálogo.

Ella: No dice cuantas calorías tiene, ¿Cómo te la puedes comer tan tranquilo?
Yo: Pues muy fácil, no me importa. ¿Mides toda tu vida en calorías?
Ella: ¡Claro que no!, también en gramos de grasa.
Yo: Oh, ya entiendo...

Y me comí mi galleta, tan tranquilo. Y me fumé un cigarro tan rico.

martes, octubre 25, 2005

Gimnasio

Pues después de un tiempo de meditarlo, decidí que era hora de comenzar a ir al gimnasio, así que hoy mismo fui. Como nunca en mi vida había entrado, sólo lo veía cuando iba al club, no tenía ni idea de como era el proceso para comenzar. Llegué y el instructor estaba en la entrada, así que le dije que quería comenzar, pero que nunca había hecho nada de gimnasio antes. Creo que al verme se dio cuenta, por lo que preguntó:
-¿Qué es lo que estás buscando?
-Bueno, así como buscar, lo que se dice buscar, una chica como la que está en la bicicleta de allá, la del trajecito negro.
-Me refiero, a tu objetivo en el gimnasio.
-(Yo seguía pensando en la mujer de la bicicleta, pero como soy bastante malo para eso del ligue, y en general bastante malo para cualquier cosa que involucreo relaciones de pareja...) Bien, pues quiero aumentar un poco el volumen de brazos, quizá también de espalda, marcar el abdomen, pero de algo que no sean costillas como ahora, aumentar la potencia de las piernas, el volumen, y tal y tal y tal.

Y cuando ya al fin termino, me dice el güey:
-No, ya en serio.

Luego que por qué no hace uno ejercicio.

lunes, octubre 24, 2005

Comparaciones

En China, un preso escribió 15 libros en 5 años.
En México, Carlos Cuauhtémoc Sánchez, hizo lo mismo... y continúa en libertad. Y hay gente que lo llama gurú.
¿Hasta cuando?

sábado, octubre 22, 2005

Hoyo en uno


En México existen 190 campos de golf.
Cada año, cada uno de esos campos, consume para su mantenimiento el equivalente a 370 piscinas olímpicas llenas de agua.
El 0.19% de los mexicanos son golfistas y pocos son profesionales.
En Nayarit, actualmente, existen 15 campos de golf proyectados, 8 en Jalisco, 10 en Quintana Roo. Y así, en todos los sitios.
Y entonces, quedamos en que no hay agua.
Yo no entiendo.

jueves, octubre 20, 2005

Malas noticias

Acabo de recibir una noticia que temía desde hace tiempo. Aunque curiosamente, ahora que la he recibido, no me siento tan mal como pensé que me sentiría durante todo el tiempo que (sin desearla) la estuve esperando.

Supongo entonces, que no fue tan mala.

miércoles, octubre 19, 2005

Cosas imposibles

Lo que no puede ser no puede ser y además es imposible.


Hoy escribo además como blogger invitado en diegonline.

Espera

Yo: Te paso a buscar en 5 minutos.
Ella: ¡Claro! Sólo tengo que ducharme, peinarme, maquillarme (elegir que ponerme) y vestirme.
Yo: ¿Y entonces?
Ella: Ven en 10.

Y esperar ahí otra hora.

domingo, octubre 16, 2005

Pequeños olvidos

Hace algunos años, cuando era niño, cierto día me quedé a dormir en casa de mi amigo Mauricio, y bueno, no me acuerdo bien por qué, pero el lunes después de la escuela, mi madre tenía que recogerme. Supongo entonces que me quedé ahí varios días. La idea era ir al dentista después de que me recogiera, para asistir a mi tradicional cita de los lunes, cada dos semanas.
Mi madre salió de la casa y siguió su camino en automático hasta llegar al dentista, y darse cuenta que había olvidado algo. A mí. Que seguía esperando en casa de mi amigo, mientras mi madre venía a toda prisa, y yo, pensando que me habían olvidado para siempre.
Pero fueron sólo unos minutos.
Eso pasa por andar en automático...

miércoles, octubre 12, 2005

Error de línea

Mi madre, recibió su nueva tarjeta de crédito, y al sacarla del sobre en el que venía, se dio cuenta que el banco había cambiado totalmente el diseño de la misma. Como siempre hace cuando recibe una, se dedidió a firmarla, tomó su pluma y la dirigió al espacio destinado para ello. Pero la pluma no pintó, por lo que cambió de pluma, y tampoco pintó. Probó con una tercera, en un papel y pudo escribir, pero sobre la tarjeta no. Muy molesta se dirigió al banco a reclamar que no podía firmarla. El ejecutivo, muy amable, atendió a mi madre y la invitó a que intentara firmarla nuevamente, y al verifivar el proceso, le dijo:
-Señora, esa es la banda magnética.

Sobra decir que mi madre, totalmente apenada, salió casi corriendo de la sucursal. Sí, sin firmar la tarjeta.

lunes, octubre 10, 2005

Alan

Así era Alan

domingo, octubre 09, 2005

Ya sabía

¿Por qué las impredecibles mujeres a veces son tan predecibles?

viernes, octubre 07, 2005

Preferencias

Hoy por la tarde, platiqué con una antigua compañera que ahora se dedica a las cuestiones agrícolas. Me contaba acerca de su trabajo y la posibilidad de ir a uno mejor. Eso es totalmente comprensible, pero lo que me llamó la atención fue el principal motivo.

Ella: No quiere decir que vaya ser dulzura... sé que también hay que trabajar duro pero no es lo mismo batallar con insectos que con gente. Son más fáciles los insectos.

jueves, octubre 06, 2005

El rostro de la muerte


Si se fijan bien, verán las caras de los soldados muertos en Irak, en nombre de la libertad (de George Bush de hacer lo que le de la gana).

martes, octubre 04, 2005

Mala memoria

Fue mi abuelo un hombre de mala memoria, de buen gusto y con una impresionante debilidad por las mujeres, eso cuentan. Murió antes de que yo naciera, sin embargo de todas las historias que se cuentan, una de las mejores es esta.
Fue con mi abuela a una reunión de amigos, a los que no habá visto en los últimos 30 años. Y en la entrada de la casa del anfitrión se le acercó una mujer, que se le hizo conocida a mi abuelo, pero para no comprometerse, sólo dijo:
-¿Tú eres...?
La mujer lo miró fijamente, meneando un poco la cabeza y dijo:
-Tu primera esposa.

lunes, octubre 03, 2005

Carta a un hermano (segunda)


Alan:
A nuestra familia, le tocó pasar por la situación más difícil que me imagino. Al día siguiente de morir Iván, te fuiste tú. El mismo accidente, pero parecía que contigo había más esperanza. Y desde ese día, te extraño. Yo nunca había visto a nadie morir, y me tocó estar contigo. Sólo tenías 10 años, eras, eres, el menor de los tres. Sólo que desde ese día, no tengo a nadie a quien cuidar, no tengo compañero de habitación, ya no tuve con quien compartir mis juguetes, perdió sentido el Nintendo. Desde ese día nunca más jugué beisbol, en realidad nunca fue mi deporte favorito, pero era el tuyo y por eso me interesaba. Decías que era el mejor trabajo del mundo, el mejor pagado, y es que se acercaba la serie mundial. Desde hace años que tu equipo, los Twins, no son campeones.
Nos haces tanta falta, y hablo en nombre de todos. Mi abuela, igual que con Iván, lloró tu partida desde ese día, jamás pudo recuperar la sonrisa, y eso fue difícil para todos. Nuestra madre, te extaña y te recuerda cada día. Mi padre, más reservado con todos menos contigo, lloró en silencio durante meses. Y yo aún de vez en cuando me pierdo en el recuerdo y la tristeza. Tuvimos que mudarnos de casa, su presencia era impresionante, y yo me negué a que sacaran tus cosas de nuestra recámara. Y me quedé con tu bat y tus tarjetas.
Te extraño tanto Alan. Que al mirar todos los días esa foto en que estamos los tres abrazados, me impulsa como ya dije ayer, a seguir adelante. Vas conmigo en todo lo que hago. Vas conmigo en todo momento, en mi recuerdo, y sobre todas las cosas, en el corazón
Ya ves ahora, como decías tú, me entraron basuras a los ojos.

domingo, octubre 02, 2005

dos de octubre


Carta a mi hermano:
Iván. Parece que fue ayer. Todavía tengo fresca en la memoria esa escena que por más que intento, no logro borrar. A lo mejor es que no quiero borrarla. Quizá es que a pesar de lo horrible del accidente, fue el último momento en que te pude ver vivo. Y desde ese día, hasta hoy, todos los días me has hecho falta. Nos has hecho falta. Si vieras como papá y mamá te extrañanan, también a ellos les hace falta su hijo mayor. A mí en cambio, me hace falta mi hermano mayor, mi compañero de juegos, mi cómplice, mi confidente y mi amigo. Todo eso y más hace ya años que me falta desde tu partida.
Te extraño tanto güey, que ver hoy que han pasado tantos años, que ahora resulta que sólo estuviste la mitad de mi vida, me duele más. Porque a pesar del tiempo nadie te olvida. Mi abuela lloró tu muerte hasta el día que ella murió. Tus amigos, los de siempre, te recuerdan todavía, y creo que lo harán siempre. Mira lo que son las cosas, ahora que volví, son ellos quienes han hecho más fácil mi incorporación a Guadalajara.
Pero a mí me faltas, me seguirás faltando Iván. Pero sigues vivo en todos nosotros, y me has dado fuerza para seguir.