Tiempo relativo
Hace algunos años, cuando éramos niños, a mis hermanos y a mí nos gustaba pasar el tiempo en casa de mi abuela, y ella, a pesar de que nos quería mucho, le cansaba tenernos a los tres en su casa porque como buenos niños, éramos muy inquietos. Cierto día, mi hermano mayor llamó a la abuela en nombre de todos para ver si podíamos pasar un día en su casa.
Iván: Abuela, ¿podemos pasar miss hermanos y yo el día en tu casa?
Abuela: Este fin de semana no, estoy muy cansada. Me estoy haciendo vieja.
Iván: Pero abuela, ¿no estarás más vieha la próxima semana?
Sirva como homenaje a los dos, en memoria del recuerdo de ambos.