Coincidencias
¿Por qué en los restaurantes hay más gente el día que hay menos meseros?
Matías: (sustantivo, masculino) Caprichoso, extravagante, rocambolesco. Que es casi irreal y destaca por sus cualidades extraordinarias.
Nos encontramos en el restaurante, una antigua amiga y yo, después de un abrazo y pasada la emoción de vernos:
...Lo verdaderamente triste de todo es que definitivamente algo sigue mal con mi manera de vestir.
El sábado pasado pude ver el anuario de mis años de secundaria. Fue bueno y bonito recordar a todos mis amigos y compañeros de esos días, de esos años. A casi todos los sigo viendo frecuentemente, entonces noto menos el cambio físico en todos, sin embargo, a la hora de ver fotografías antiguas se ve como han pasado los años. Después de todo Dios perdona pero el tiempo no.
Muevo al alfil, él mueve esta, yo muevo mi torre, avanza su caballo... forzado el movimiento, mueve la torre, me acerco un poco más, jaque al rey y... jaque mate.
Papá: Hijo, vendí el rancho, me quitaba mucho tiempo y me hicieron una buena oferta por él.
Antes cuando me enojaba mientras comía, me levantaba de la mesa y me iba sin comer. Así que terminaba enojado y con hambre, lo cual era un doble castigo para mí, porque los demás, los que causaban mi enojo ni se enojaban, y seguían comiendo más tranquilos sin mí.
Si rompo las reglas de un lugar, cuyas normas son súper extrictas, para ayudar a una persona que en verdad lo necesita, sin afectar a terceras personas, y sin que nadie pueda enterarse. ¿Es eso corrupción? ¿Hasta dónde cumplir las reglas lleva al bien común? ¿Existe el bien común?
Me corto el pelo, me peino, me pongo una camisa en lugar de la tradicional playera genérica.
Por eso detesto los sábados en la mañana. Es el día que tengo tiempo de ver televisión, me despierto y enciendo la tele y tengo a mi disposición 170 canales, ordenados perfectamente por géneros y con una lista de programación.
Lo malo es que la semana pasada me pilló el radar de Tránsito y me dieron una multa.
O estoy muy loco porque creo que soy el único que no es tonto en esta familia. O soy demasiado tonto para comprender que en realidad estoy loco... Pero es que mi familia no ayuda. (Y eso que soy el único hijo que queda disponible)
Me ve, la veo. Me sonríe, le sonrío. Se acerca, tiemblo. Me dice: tienes la bragueta abierta. Y se va...
Hace algunos años, cuando yo tenía 12 -ni hace tantos- él llegó a casa, entró a mi habitación y tomó mis cosas sin permiso. Yo obviamente, celoso de mis cosas desde entonces, me enojé mucho.
Yo creo que mi familia comienza a verme muy mal, porque a últimas fechas he recibido varios comentarios referentes a la posible busqueda de una pareja -de policía- para no dejar escapar el tren. La verdad es que aún soy muy joven, y el hecho de que ahora no tenga novia no significa nada. Tampoco significaría nada que la tuviera, pero ellos estarían más tranquilos. Ahora que si están intraquilos no me importa, es su problema no el mío. De cualquier manera, mi prima hoy me hizo unas preguntas sobre las 10 cosas que no soportaría en mi esposa (ni novia tengo y ya me preguntan por mi esposa) y respondí esto.
Están un grupo de señoras desayunando tranquilamente en su restaurante favorito en Av. Reforma, en las Lomas de Chapultepec, una de las colonias de mayor prestigio -y mayor número de ricos empresarios- de la caótica Ciudad de México.
Hace algunos años, durante una crisis económica, llega el papá de Alejandro a su casa, saca de su portafolio una carpeta metálica, como las que usan los doctores de las películas estadounidenses, y frente a todo el personal de servicio, comienza.