Tiempo relativo
Hace algunos años, cuando éramos niños, a mis hermanos y a mí nos gustaba pasar el tiempo en casa de mi abuela, y ella, a pesar de que nos quería mucho, le cansaba tenernos a los tres en su casa porque como buenos niños, éramos muy inquietos. Cierto día, mi hermano mayor llamó a la abuela en nombre de todos para ver si podíamos pasar un día en su casa.
Iván: Abuela, ¿podemos pasar miss hermanos y yo el día en tu casa?
Abuela: Este fin de semana no, estoy muy cansada. Me estoy haciendo vieja.
Iván: Pero abuela, ¿no estarás más vieha la próxima semana?
Sirva como homenaje a los dos, en memoria del recuerdo de ambos.
4 Comentarios:
Muy simpática la respuesta de tu hermano. ¿Tan traviesos érais como para agotar a vuestra abuela?.
Relato corto pero simpático.
Un abrazo
2:28 p.m.
Uy, es que sí eran tremendos... Sí, merecido homenaje a los dos. Especialmente tomando en cuenta que el 2 de octubre... abrazo.
3:15 p.m.
Creo que uno de niño es indudable que seamos siempre muy traviesos, es parte de la alegría de los niños.
Un abrazo
7:21 p.m.
Leodegundia: Sí, éramos demasiado traviesos, mi abuela merece un monumento por su paciencia.
Diego: Sí, ya han pasado tantos años y aún me hace tanta falta.
Carlos: Los niños son vida.
10:18 p.m.
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