El ataque de los idiotas
La cita era a determinada hora en punto, yo como siempre llegué a tiempo. Ellos como siempre llegaron tarde. Yo como siempre los esperé, ellos como siempre no ofrecieron una disculpa o una explicación. Yo como siempre, fui cortés, amable y educado. Ellos como antes, fueron déspotas, exigentes e intransigentes. Lo bueno es que no lo saben, pero yo soy quien decide porque soy yo quien pago. Si no pueden respetar a alguien que no saben que es su jefe, menos respetarán a su jefe y por lo tanto, no podrán respetar a nadie. En la tarde recibieron su finiquito, esa conducta no va conmigo ni con mi empresa. Están despedidos.
2 Comentarios:
Firme, claro, contundente....menos mal que yo soy mi propio "jefa".
Biko.
4:01 p.m.
Matias. ¿Nunca has pensado que eso de querer pasar siempre desapercibido y manejarte como un ser misterios te va a perder?
5:22 p.m.
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal